Tuesday, October 28, 2014

La iglesia de Cristo

Desde niños hemos solido confundir el término "iglesia" con el lugar físico en el que atendemos un servicio religioso. Sin embargo, en la Carta de San Pablo a los Efesios que corresponde la la Liturgia de hoy, entendemos cómo todos hacemos parte de esa iglesia, cómo la expresión cliché de "la iglesia somos todos" toma especial sentido. pues nos habla de cómo los Apóstoles son la base y luego nosotros, los cristianos, nos vamos entrelazando en una estructura bien compacta que sea capaz de responder a los embates del mal.


Otro aspecto interesante de las lecturas de hoy, específricamente del Santo Evangelio está relacionado con la oración. Nuestro Señor Jesucristo no escogió a sus discípulos porque sí. Él, en su inmensa sabiduría prefirió hacer un tiempo previo de oración, una comunicación más directa con Dios, luego sí tomó decisiones. Así nos resalta la Palabra la importancia de la oración, no sólo en tiempos de Jesús sino también en nuestros días. Si le entregamos todo a Dios, si nos encontramos con él por algunos momentos, seguramente tomaremos mejores decisiones, y por supuesto, nuestra vida espiritual e incluso la material serán mejores y más productivas. 



Lecturas de la Liturgia del 28 de octubre de 2014

San Pablo a los Efesios 2,19-22.

Hermanos: 
Ustedes ya no son extranjeros ni huéspedes, sino conciudadanos de los santos y miembros de la familia de Dios. 
Ustedes están edificados sobre los apóstoles y los profetas, que son los cimientos, mientras que la piedra angular es el mismo Jesucristo. 
En él, todo el edificio, bien trabado, va creciendo para constituir un templo santo en el Señor. 
En él, también ustedes son incorporados al edificio, para llegar a ser una morada de Dios en el Espíritu. 


Salmo 19(18),2-3.4-5ab.

El cielo proclama la gloria de Dios 
y el firmamento anuncia la obra de sus manos;
un día transmite al otro este mensaje 
y las noches se van dando la noticia.

Sin hablar, sin pronunciar palabras, 
sin que se escuche su voz,
resuena su eco por toda la tierra
y su lenguaje, hasta los confines del mundo.


Lucas 6,12-19.

Jesús se retiró a una montaña para orar, y pasó toda la noche en oración con Dios. 
Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos y eligió a doce de ellos, a los que dio el nombre de Apóstoles: 
Simón, a quien puso el sobrenombre de Pedro, Andrés, su hermano, Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé, 
Mateo, Tomás, Santiago, hijo de Alfeo, Simón, llamado el Zelote, 
Judas, hijo de Santiago, y Judas Iscariote, que fue el traidor. 
Al bajar con ellos se detuvo en una llanura. Estaban allí muchos de sus discípulos y una gran muchedumbre que había llegado de toda la Judea, de Jerusalén y de la región costera de Tiro y Sidón, 
para escucharlo y hacerse curar de sus enfermedades. Los que estaban atormentados por espíritus impuros quedaban curados; 
y toda la gente quería tocarlo, porque salía de él una fuerza que sanaba a todos.

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