Friday, September 26, 2014

Hay un momento para todo y un tiempo para cada cosa bajo el sol

Parecería sencillo entender tan claras palabras. Nada más claro y transparente que saber que cada cosa tiene su tiempo, sin embargo, la lectura dice más adelante "...El hizo todas las cosas apropiadas a su tiempo, pero también puso en el corazón del hombre el sentido del tiempo pasado y futuro, sin que el hombre pueda descubrir la obra que hace Dios desde el principio hasta el fin.

Parecería que ese sentido de pasaod y de futuro nos hace perder el sentido de estas palabras, como si nuestra percepción propia del tiempo nos pareciera más importante que la voluntad perfecta del Padre Todopoderoso.  Entonces nos desesperamos, nos comparamos con otros, creemos que nuestra vida no tiene sentido sólamente porque no hemos hecho lo que queríamos hacer en un tiempo determinado. Entonces, hay que repirar profundo y poner en manos de Dios para que Él haga su santa voluntas, para que sus tiempos sean los que rijan nuestra vida, y no los nuestros, que por lo habitual viven añorando el pasado y soñando con el futuro, haciéndonos olvidar de lo único real que tenemos: el presente, aquel desde donce construímos realmente el futuro.


Sirac 3,1-11.

Hay un momento para todo y un tiempo para cada cosa bajo el sol: 
un tiempo para nacer y un tiempo para morir, un tiempo para plantar y un tiempo para arrancar lo plantado; 
un tiempo para matar y un tiempo para curar, un tiempo para demoler y un tiempo para edificar;
un tiempo para llorar y un tiempo para reír, un tiempo para lamentarse y un tiempo para bailar; 
un tiempo para arrojar piedras y un tiempo para recogerlas, un tiempo para abrazarse y un tiempo para separarse; 
un tiempo para buscar y un tiempo para perder, un tiempo para guardar y un tiempo para tirar; 
un tiempo para rasgar y un tiempo para coser, un tiempo para callar y un tiempo para hablar; 
un tiempo para amar y un tiempo para odiar, un tiempo de guerra y un tiempo de paz. 
¿Qué provecho obtiene el trabajador con su esfuerzo? 
Yo vi la tarea que Dios impuso a los hombres para que se ocupen de ella. 
El hizo todas las cosas apropiadas a su tiempo, pero también puso en el corazón del hombre el sentido del tiempo pasado y futuro, sin que el hombre pueda descubrir la obra que hace Dios desde el principio hasta el fin. 


Salmo 144(143),1a.2abc.3-4.

Bendito sea el Señor, mi Roca,
él es mi bienhechor y mi fortaleza,
mi baluarte y mi libertador;
él es el escudo con que me resguardo.

Señor, ¿qué es el hombre para que tú lo cuides, 
y el ser humano, para que pienses en él? 
El hombre es semejante a un soplo, 
y sus días son como una sombre fugaz.


Lucas 9,18-22.

Un día en que Jesús oraba a solas y sus discípulos estaban con él, les preguntó: "¿Quién dice la gente que soy yo?". 
Ellos le respondieron: "Unos dicen que eres Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, alguno de los antiguos profetas que ha resucitado". 
"Pero ustedes, les preguntó, ¿quién dicen que soy yo?". Pedro, tomando la palabra, respondió: "Tú eres el Mesías de Dios". 
Y él les ordenó terminantemente que no lo dijeran a nadie. 
"El Hijo del hombre, les dijo, debe sufrir mucho, ser rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser condenado a muerte y resucitar al tercer día".

Monday, September 22, 2014

No niegues un beneficio al que lo necesite, siempre que esté en tus manos hacerlo.

En el mundo actual parecería ser muy difícil actuar correctamente todo el tiempo. Parecería también casi imposible confiar en el otro o darle cualquier dádiva. Claro, es más fácil desconfiar de él. Sin embargo, El llamado que Dios nos hace hoy es a vivir desde la confianza en el otro, desde la ayuda al otro, y por supuesto, desde la vida plena en el camino recto. U vaya que hace énfasis en el buen actuar, en el buen vivir y en ejercicio de una vida justa amando desde el corazón.

Proverbios 3,27-34.

No niegues un beneficio al que lo necesite, siempre que esté en tus manos hacerlo.
No digas a tu prójimo: "Vuelve después, mañana te daré", si tienes con qué ayudarlo.
No trames el mal contra tu prójimo, mientras vive confiado junto a ti.
No litigues con un hombre sin motivo, si no te ha causado ningún mal.
No envidies al hombre violento ni elijas ninguno de sus caminos.
Porque el hombre perverso es abominable para el Señor, y él reserva su intimidad para los rectos.
La maldición del Señor está en la casa del malvado, pero él bendice la morada de los justos.
El se burla de los insolentes y concede su favor a los humildes.

Salmo 15(14),2-3a.3bc-4ab.5.

El que procede rectamente
y practica la justicia;
el que dice la verdad de corazón
y no calumnia con su lengua.

El que no hace mal a su prójimo
ni agravia a su vecino,
el que no estima a quien Dios reprueba
y honra a los que temen al Señor.

El que no presta su dinero a usura
ni acepta soborno contra el inocente.
El que procede así, nunca vacilará.

Lucas 8,16-18.

Jesús dijo a la gente:
"No se enciende una lámpara para cubrirla con un recipiente o para ponerla debajo de la cama, sino que se la coloca sobre un candelero, para que los que entren vean la luz.
Porque no hay nada oculto que no se descubra algún día, ni nada secreto que no deba ser conocido y divulgado.
Presten atención y oigan bien, porque al que tiene, se le dará, pero al que no tiene, se le quitará hasta lo que cree tener".

Tuesday, September 9, 2014

Y toda la gente quería tocarlo, porque salía de él una fuerza que sanaba a todos

Esta frase con la que termina el Evangelio de hoy (09/09/14) da cuenta de la gran capacidad de Nuestro Señor Jesucristo para tocar y sanar nuestras enfermedades corporales, y por supuesto las del alma. No olvidemos que Jesús no partió para siempre sino que por el contrario nos acompaña constantemente en nuestras vidas. Esa presencia sigue siendo tan fuerte y poderosa como lo fue en aquel entonces cuando compartía personalmente con el pueblo de Dios, así que aún podemos seguir invocando su favor, su poder sanador y la "fuerza que lo sana todo". 


Lecturas bíblicas para el 9 de septiembre de 2014


1 Corintios 6,1-11.

Hermanos: 
¿Cómo es posible que cuando uno de ustedes tienen algún conflicto con otro, se atreve a reclamar justicia a los injustos, en lugar de someterse al juicio de los santos? 
¿No saben ustedes que los santos juzgarán al mundo? Y si el mundo va ser juzgado por ustedes, ¿cómo no van a ser capaces de juzgar asuntos de mínima importancia? 
¿Ignoran que vamos a juzgar a los mismos ángeles? Con mayor razón entonces, los asuntos de esta vida. 
¡Y pensar que cuando ustedes tienen litigios, buscan como jueces a los que no son nadie para la Iglesia! 
Lo digo para avergonzarlos: ¡por lo visto, no hay entre ustedes ni siquiera un hombre sensato, que sea capaz de servir de árbitro entre sus hermanos! 
¡Un hermano pleitea con otro, y esto, delante de los que no creen! 
Ya está mal que haya litigios entre ustedes: ¿acaso no es preferible sufrir la injusticia o ser despojado? 
Pero no, ustedes mismos son los que cometen injusticias y defraudan a los demás, ¡y esto entre hermanos! 
¿Ignoran que los injustos no heredarán el Reino de Dios? No se hagan ilusiones: ni los inmorales, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los pervertidos, 
ni los ladrones, ni los avaros, ni los bebedores, ni los difamadores, ni los usurpadores heredarán el Reino de Dios. 
Algunos de ustedes fueron así, pero ahora han sido purificados, santificados y justificados en el nombre de nuestro Señor Jesucristo y por Espíritu de nuestro Dios. 

Salmo 149(148),1-2.3-4.5-6a.9b.

Canten al Señor un canto nuevo, 
resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;
que Israel se alegre por su Creador 
y los hijos de Sión se regocijen por su Rey.

Celebren su Nombre con danzas, 
cántenle con el tambor y la cítara,
porque el Señor tiene predilección por su pueblo 
y corona con el triunfo a los humildes.

Que los fieles se alegren por su gloria 
y canten jubilosos en sus fiestas.
Glorifiquen a Dios con sus gargantas;
ésta es la victoria de todos sus fieles. 

Lucas 6,12-19.

En esos días, Jesús se retiró a una montaña para orar, y pasó toda la noche en oración con Dios. 
Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos y eligió a doce de ellos, a los que dio el nombre de Apóstoles: 
Simón, a quien puso el sobrenombre de Pedro, Andrés, su hermano, Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé, 
Mateo, Tomás, Santiago, hijo de Alfeo, Simón, llamado el Zelote, 
Judas, hijo de Santiago, y Judas Iscariote, que fue el traidor. 
Al bajar con ellos se detuvo en una llanura. Estaban allí muchos de sus discípulos y una gran muchedumbre que había llegado de toda la Judea, de Jerusalén y de la región costera de Tiro y Sidón, 
para escucharlo y hacerse curar de sus enfermedades. Los que estaban atormentados por espíritus impuros quedaban curados; 
y toda la gente quería tocarlo, porque salía de él una fuerza que sanaba a todos.

Tuesday, September 2, 2014

El Espíritu Santo de Dios

Quizá nunca existan palabras suficientes para describir al Espíritu de Dios, al Espíritu Santo. Sin embargo, en la primera carta a los Corintios que se reseña en la Palabra de hoy, se hace una bonita alusión a su importancia, a cómo Él conoce lo más íntimo de Dios y lo más íntimo y personal de nosotros los seres humanos. También nos muestra cómo es que a través del Espíritu Santo obtenemos la verdadera sabiduría, y cómo únicamente a travpes de Él, nuestros ojos y nuestra mente se abren a un mundo nuevo de conocimiento, de percepción y de perfección.


Lexturas Bíblicas para el 2 de septiembre de 2014
1 Corintios 2,10b-16.

Dios nos reveló todo esto por medio del Espíritu, porque el Espíritu lo penetra todo, hasta lo más íntimo de Dios. 
¿Quién puede conocer lo más íntimo del hombre, sino el espíritu del mismo hombre? De la misma manera, nadie conoce los secretos de Dios, sino el Espíritu de Dios. 
Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que viene de Dios, para que reconozcamos los dones gratuitos que Dios nos ha dado. 
Nosotros no hablamos de estas cosas con palabras aprendidas de la sabiduría humana, sino con el lenguaje que el Espíritu de Dios nos ha enseñado, expresando en términos espirituales las realidades del Espíritu. 
El hombre puramente natural no valora lo que viene del Espíritu de Dios: es una locura para él y no lo puede entender, porque para juzgarlo necesita del Espíritu. 
El hombre espiritual, en cambio, todo lo juzga, y no puede ser juzgado por nadie. 
Porque ¿quién penetró en el pensamiento del Señor, para poder enseñarle? Pero nosotros tenemos el pensamiento de Cristo. 


Salmo 145(144),8-9.10-11.12-13ab.13cd-14.

El Señor es bondadoso y compasivo, 
lento para enojarse y de gran misericordia;
el Señor es bueno con todos 
y tiene compasión de todas sus criaturas.

Que todas tus obras te den gracias, Señor, 
y tus fieles te bendigan;
que anuncien la gloria de tu reino 
y proclamen tu poder.

Así manifestarán a los hombres tu fuerza 
y el glorioso esplendor de tu reino:
tu reino es un reino eterno, 
y tu dominio permanece para siempre.

El Señor es fiel en todas sus palabras
y bondadoso en todas sus acciones.
El Señor sostiene a los que caen 
y endereza a los que están encorvados.


Lucas 4,31-37.

Jesús bajó a Cafarnaún, ciudad de Galilea, y enseñaba los sábados. 
Y todos estaban asombrados de su enseñanza, porque hablaba con autoridad. 
En la sinagoga había un hombre que estaba poseído por el espíritu de un demonio impuro; y comenzó a gritar con fuerza; 
"¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido para acabar con nosotros? Ya sé quién eres: el Santo de Dios". 
Pero Jesús lo increpó, diciendo: "Cállate y sal de este hombre". El demonio salió de él, arrojándolo al suelo en medio de todos, sin hacerle ningún daño. 
El temor se apoderó de todos, y se decían unos a otros: "¿Qué tiene su palabra? ¡Manda con autoridad y poder a los espíritus impuros, y ellos salen!". 
Y su fama se extendía por todas partes en aquella región.